domingo, 18 de febrero de 2007

lean a este ariqueño corajudo:

Con un zodiac prestado a última hora, un reloj encontrado en la arena, un traje parchado a mano y compitiendo bajo intensas marejadas, el ariqueño Patricio Sáez se coronó campeón del mundo en Portugal. Una historia desconocida contada por un hombre sencillo en época de recursos mal avenidos.
El equipo de España que efectuaba labores de reconocimiento en la costa de Sines, en la ribera portuguesa, observó desde su zodiac cuatro diminutos bultos en el azul intenso del mar. Al acercarse comprobaron que se trataba del equipo chileno de caza submarina. Nuestros representantes, por falta de presupuesto para arrendar una embarcación, habían nadado cerca de cinco kilómetros hasta llegar a la zona de reconocimiento. Pedro Carbonel, tricampeón del mundo de la especialidad y un verdadero ídolo en el circuito, no desechó la oportunidad para bromear con el grupo. -¿Se vinieron nadando de Chile?... Vaya, si no salen primeros acá seguro que pueden ganar una competencia mundial de nado con aletas –les dijo.Corrían los primeros días de septiembre y la escuadra nacional compuesta por Franco Bósquez, Miguel Soto, Marcelo Cepeda, Patricio Sáez y el capitán Ludwig Duarte ya se encontraba en aguas lusitanas preparándose para el mundial. El dinero proporcionado por la Federación Chilena de Deportes Submarinos les alcanzó para arrendar un zodiac sólo por cinco días. El tiempo restante tuvieron que ingresar al mar por sus propios medios, es decir, nadando. Un escenario nada auspicioso al momento de las odiosas comparaciones.
-Los europeos llegaban a los entrenamientos con unas inmensas\ncamionetas con los zodiac en un remolque, en cambio a nosotros nos\nllevaba el dueño de las cabañas que arrendábamos y por la paleteada le\npasábamos algunos pescaditos -rememora Sáez.\nLas potencias del certamen como España, Italia, Francia y Croacia\nenviaron dos meses antes de la competencia a un equipo de reserva para\nreconocer la zona. Provistos de GPS, ecosondas e instrumentos de última\ngeneración, los europeos realizaron un perfecto catastro con las\ncoordenadas precisas de bancos de peces con dinámica estática. De este\nmodo, al momento de la competencia, tenían bastante claro cuales eran\nlos sectores más favorecidos para la extracción. El equipo nacional, en\ncambio, debió arreglárselas a la "chilena". -Nosotros usábamos una pizarra de acrílico bien lijada y un lápiz\ngrafito amarrado con una pita. Cuando encontrábamos peces mirábamos\nseñales en la costa y las dibujábamos para identificar el lugar. En\ncambio ellos sacaban una cámara fotográfica y pum, se acabó. Pero\nbueno, ahí está la garra del chileno –explica Sáez.\nDos semanas antes del campeonato las autoridades decretaron zona\nde veda el perímetro marítimo de competencia. Desde entones, sólo hubo\nfaenas de reconocimiento. En una de estas jornadas que, por lo general,\nduraban alrededor de siete horas, el representativo nacional tuvo que\nabandonar el sector por encontrarse con fuertes marejadas. Mientras\nregresaban a la costa nadando, Patricio Sáez decidió sumergirse para\nobservar las condiciones del fondo marino. "Ahí me di cuenta que con la\nmar mala salían caleta de peces de las grietas, así que saqué mi\npizarrita y dibujé un molino y una casita blanca que estaban justo al\nfrente del sitio". Cerca de la orilla, por esas cosas inexplicables del destino,\nSáez observó en la arena un objeto brillante que llamó poderosamente su\natención. Se trataba de un reloj submarino ideal para este tipo de\ncompetencias. "Fue como un milagro porque el reloj que tenía lo tuve\nque vender después del Panamericano clasificatorio, en Perú. Era el\núnico del equipo que no tenía este implemento. Aunque no es obligación\nusarlo, sirve para controlar la cantidad de peces capturados por hora".\n",1]
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-Los europeos llegaban a los entrenamientos con unas inmensas camionetas con los zodiac en un remolque, en cambio a nosotros nos llevaba el dueño de las cabañas que arrendábamos y por la paleteada le pasábamos algunos pescaditos -rememora Sáez. Las potencias del certamen como España, Italia, Francia y Croacia enviaron dos meses antes de la competencia a un equipo de reserva para reconocer la zona. Provistos de GPS, ecosondas e instrumentos de última generación, los europeos realizaron un perfecto catastro con las coordenadas precisas de bancos de peces con dinámica estática. De este modo, al momento de la competencia, tenían bastante claro cuales eran los sectores más favorecidos para la extracción. El equipo nacional, en cambio, debió arreglárselas a la "chilena". -Nosotros usábamos una pizarra de acrílico bien lijada y un lápiz grafito amarrado con una pita. Cuando encontrábamos peces mirábamos señales en la costa y las dibujábamos para identificar el lugar. En cambio ellos sacaban una cámara fotográfica y pum, se acabó. Pero bueno, ahí está la garra del chileno –explica Sáez. Dos semanas antes del campeonato las autoridades decretaron zona de veda el perímetro marítimo de competencia. Desde entones, sólo hubo faenas de reconocimiento. En una de estas jornadas que, por lo general, duraban alrededor de siete horas, el representativo nacional tuvo que abandonar el sector por encontrarse con fuertes marejadas. Mientras regresaban a la costa nadando, Patricio Sáez decidió sumergirse para observar las condiciones del fondo marino. "Ahí me di cuenta que con la mar mala salían caleta de peces de las grietas, así que saqué mi pizarrita y dibujé un molino y una casita blanca que estaban justo al frente del sitio". Cerca de la orilla, por esas cosas inexplicables del destino, Sáez observó en la arena un objeto brillante que llamó poderosamente su atención. Se trataba de un reloj submarino ideal para este tipo de competencias. "Fue como un milagro porque el reloj que tenía lo tuve que vender después del Panamericano clasificatorio, en Perú. Era el único del equipo que no tenía este implemento. Aunque no es obligación usarlo, sirve para controlar la cantidad de peces capturados por hora".
En aquel período, además de reconocer zonas, los distintos\nequipos se dedicaron a lo que en el ambiente llaman como bricolage, es\ndecir, todas las actividades de reparación de instrumentos en tierra.\n"En las tardes después de regresar del mar nos dedicábamos a arreglar\nlas varillas de caza, hacerle mantención a los arpones, y bueno, en el\ncaso mío, tuve que cortar una polera que llevaba y parchar mi traje en\nuna franja de los brazos, que era más delgada, porque me daba mucho\nfrío".\n-¿Estaba roto?-No, le puse el refuerzo por debajo, nunca tan torrante.A\nmedida que se acercaba la fecha de la competencia los submarinistas\nchilenos disminuyeron la carga de entrenamiento. El 16 de septiembre,\ndía pactado para dar comienzo al Campeonato Mundial de Caza Submarina,\nel mar estaba algo agitado. Por esta razón las autoridades del certamen\ndecidieron realizar solo un día de competencia. A las ocho de la mañana\nestaba todo dispuesto salvo un último detalle: faltaba un zodiac para\nPatricio Sáez. Nuno Baltazar, un antiguo competidor portugués del\ndeporte submarino, prestó su embarcación para que nuestro compatriota\nno se quedara al margen de la competencia que reunía a 62\nrepresentantes de 20 países. Al momento de escoger la zona de extracción, el ariqueño recordó\nde inmediato el lugar que había dibujado en su pizarra. El zodiac se\ndetuvo frente al molino y la casa blanca. En apenas 45 minutos Patricio\nSáez ya había cazado alrededor de 12 piezas válidas. Impresionados por\nla performance del nortino, los competidores europeos decidieron\n"atacar" la misma zona. -Cuando hice mi primera descarga se me lanzaron los ucranianos,\nitalianos y franceses pero después de un rato tuvieron que irse porque\nno les dio el cuero. Hay que tener harta fuerza en esas condiciones\npara resistir. Las corrientes y las olas son súper fuertes y te sacan\ndel lugar. Para un buzo mariscador acostumbrado a trabajar con marejadas y\nescasa visibilidad, el ambiente de competición le resultaba más que\npropicio. "Ellos no trabajan con malas condiciones, son deportistas de\nelite que no venden su pesca, uno, en cambio, tiene que trabajar igual\nporque debe llevar todos los días el sustento a su hogar", rememora el\ndeportista, quien tuvo que dejar los doscientos mil pesos del viático\nen Arica para que su familia se pudiera alimentar mientras él\npermanecía en la competencia. ",1]
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En aquel período, además de reconocer zonas, los distintos equipos se dedicaron a lo que en el ambiente llaman como bricolage, es decir, todas las actividades de reparación de instrumentos en tierra. "En las tardes después de regresar del mar nos dedicábamos a arreglar las varillas de caza, hacerle mantención a los arpones, y bueno, en el caso mío, tuve que cortar una polera que llevaba y parchar mi traje en una franja de los brazos, que era más delgada, porque me daba mucho frío". -¿Estaba roto?-No, le puse el refuerzo por debajo, nunca tan torrante.A medida que se acercaba la fecha de la competencia los submarinistas chilenos disminuyeron la carga de entrenamiento. El 16 de septiembre, día pactado para dar comienzo al Campeonato Mundial de Caza Submarina, el mar estaba algo agitado. Por esta razón las autoridades del certamen decidieron realizar solo un día de competencia. A las ocho de la mañana estaba todo dispuesto salvo un último detalle: faltaba un zodiac para Patricio Sáez. Nuno Baltazar, un antiguo competidor portugués del deporte submarino, prestó su embarcación para que nuestro compatriota no se quedara al margen de la competencia que reunía a 62 representantes de 20 países. Al momento de escoger la zona de extracción, el ariqueño recordó de inmediato el lugar que había dibujado en su pizarra. El zodiac se detuvo frente al molino y la casa blanca. En apenas 45 minutos Patricio Sáez ya había cazado alrededor de 12 piezas válidas. Impresionados por la performance del nortino, los competidores europeos decidieron "atacar" la misma zona. -Cuando hice mi primera descarga se me lanzaron los ucranianos, italianos y franceses pero después de un rato tuvieron que irse porque no les dio el cuero. Hay que tener harta fuerza en esas condiciones para resistir. Las corrientes y las olas son súper fuertes y te sacan del lugar. Para un buzo mariscador acostumbrado a trabajar con marejadas y escasa visibilidad, el ambiente de competición le resultaba más que propicio. "Ellos no trabajan con malas condiciones, son deportistas de elite que no venden su pesca, uno, en cambio, tiene que trabajar igual porque debe llevar todos los días el sustento a su hogar", rememora el deportista, quien tuvo que dejar los doscientos mil pesos del viático en Arica para que su familia se pudiera alimentar mientras él permanecía en la competencia.
\nCHILENO MALUCO\nAl finalizar la jornada, después de cinco horas\nde competencia, las embarcaciones se enfilan rumbo al muelle para las\nfaenas de pesaje. A medida que bajan los competidores el público\npresente comprueba de inmediato que la "recogida" no fue abundante. El\ntricampéon del mundo, el español Pedro Carbonel, apenas alcanzó a\ncapturar cinco miserables peces. En cambio, Antonio Silva, el crédito\nlocal, desciende de su lanchón al más puro estilo Jean Reno en Azul\nProfundo, cargando al hombro un impresionante collar de especímenes\nmarinos. Los portugueses se sienten ganadores y aplauden a rabiar.\nPero casi al final de la caravana de zodiacs –semejante a esos\nchistes donde los chilenos siempre vencen con las más extravagantes\naventuras-, aparece Patricio Sáez rodeado de un verdadero cardúmen de\npeces. Los reporteros gráficos se abalanzan como pirañas sobre el\nesmirriado competidor que apenas soporta la carga sobre sus hombros. El\npequeño ariqueño, con su piel curtida por la canícula nortina, posa\nhumildemente junto a sus 21 pescados. A estas alturas a nadie le cabe\nduda que la pelea por el campeonato es entre Chile y Portugal. El\npuntaje obtenido por la sumatoria de peso y cantidad de extracción\notorgó una ventaja de cinco mil puntos a favor del chileno. La\norganización del campeonato no se resigna a la derrota de Silva y\nordena que la competencia continúe el día siguiente.\n-Ellos querían quedarse con el triunfo a toda costa. Cuando pasé\nmi pesca incluso me quitaron un pescado válido, pero como había ganado\nno me eché a morir y acepté el desafío. Al otro día las\ncondiciones del mar se repitieron. Patricio Sáez y Marcelo Cepeda, su\nayudante y reserva del equipo, decidieron explotar la misma táctica del\ndía anterior aunque en una zona distinta. "La idea era cazar harto\npescadito chico como la lisa y la salema. Estábamos seguros que con\nesos pescados que nadie les da bola podíamos ganar el mundial". Pero\nuna inmensa ola casi trunca el sueño del equipo nacional y manda a\ndormir con Neptuno a nuestro aguerrido deportista. ",1]
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CHILENO MALUCO
Al finalizar la jornada, después de cinco horas de competencia, las embarcaciones se enfilan rumbo al muelle para las faenas de pesaje. A medida que bajan los competidores el público presente comprueba de inmediato que la "recogida" no fue abundante. El tricampéon del mundo, el español Pedro Carbonel, apenas alcanzó a capturar cinco miserables peces. En cambio, Antonio Silva, el crédito local, desciende de su lanchón al más puro estilo Jean Reno en Azul Profundo, cargando al hombro un impresionante collar de especímenes marinos. Los portugueses se sienten ganadores y aplauden a rabiar. Pero casi al final de la caravana de zodiacs –semejante a esos chistes donde los chilenos siempre vencen con las más extravagantes aventuras-, aparece Patricio Sáez rodeado de un verdadero cardúmen de peces. Los reporteros gráficos se abalanzan como pirañas sobre el esmirriado competidor que apenas soporta la carga sobre sus hombros. El pequeño ariqueño, con su piel curtida por la canícula nortina, posa humildemente junto a sus 21 pescados. A estas alturas a nadie le cabe duda que la pelea por el campeonato es entre Chile y Portugal. El puntaje obtenido por la sumatoria de peso y cantidad de extracción otorgó una ventaja de cinco mil puntos a favor del chileno. La organización del campeonato no se resigna a la derrota de Silva y ordena que la competencia continúe el día siguiente. -Ellos querían quedarse con el triunfo a toda costa. Cuando pasé mi pesca incluso me quitaron un pescado válido, pero como había ganado no me eché a morir y acepté el desafío. Al otro día las condiciones del mar se repitieron. Patricio Sáez y Marcelo Cepeda, su ayudante y reserva del equipo, decidieron explotar la misma táctica del día anterior aunque en una zona distinta. "La idea era cazar harto pescadito chico como la lisa y la salema. Estábamos seguros que con esos pescados que nadie les da bola podíamos ganar el mundial". Pero una inmensa ola casi trunca el sueño del equipo nacional y manda a dormir con Neptuno a nuestro aguerrido deportista.
-De repente caché que los zodiac empezaron a arrancar porque\nvenía la mansa ola. Me sumergí y me aferré como pude a una roca. Cuando\npasó la ola me di cuenta que la malla con pescados que había amarrado\nen el fondo había sido arrastrada a la orilla. No lo podía creer.\nDesesperado por la perdida, Sáez decidió arriesgar "el pellejo" y\nsalir por un sector extremadamente peligroso. "La gente que estaba en\nel cerro no entendía lo que quería hacer y decía que estaba maluco, que\nme iba a matar. Por suerte pude salir y salvar mi captura". Para colmo\nde males el comisario, al observar la maniobra, quiso eliminar a Sáez\nporque había traspasado los límites de la zona. Después de un áspero\ndiálogo con Cepeda el juez reconoció que lo hizo para buscar sus peces\ny no para cazar en un sector prohibido. La controversia le restó 20\nminutos de caza.\nDespués de cinco horas y con 26 pescados al hombro Sáez acudió al\npesaje. Como había sido el ganador el día anterior su recolección sería\nevaluada al final. Las 31 piezas válidas de Antonio Silva aportaron\ndramatismo a la elección del nuevo monarca de las profundidades del\nmar. El equipo chileno estaba confiado en que el peso de los pescados\ncapturados por Sáez inclinarían la balanza a favor de nuestro\ncompatriota. El ariqueño, nervioso y algo escéptico, no se atrevía\ncelebrar anticipadamente. -Mis compañeros me decían Pato soi el campeón, pero yo les decía\nque esperaran hasta que dieran el anuncio oficial por micrófono.El\npesaje final ubicó a Saéz en la cuarta posición en la segunda jornada.\nAl ingresar el último registro en la computadora la planilla se ejecutó\nautomáticamente con el nombre del chileno en el primer lugar. En ese\nmomento Antonio Silva se dirige a Sáez y le recita la frase que\nanhelaba escuchar: "Pato, eres el nuevo campeón del mundo".\n-No la podía creer, estaba como en las nubes. Cuando vi alzar mi\nbandera y escuché el himno patrio se me cayeron unos lagrimones. Pocas\nveces los chilenos nos damos el gusto de ganarle a todo el mundo, y\nmenos salir campeones en Europa. Fue precioso.\n",1]
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-De repente caché que los zodiac empezaron a arrancar porque venía la mansa ola. Me sumergí y me aferré como pude a una roca. Cuando pasó la ola me di cuenta que la malla con pescados que había amarrado en el fondo había sido arrastrada a la orilla. No lo podía creer. Desesperado por la perdida, Sáez decidió arriesgar "el pellejo" y salir por un sector extremadamente peligroso. "La gente que estaba en el cerro no entendía lo que quería hacer y decía que estaba maluco, que me iba a matar. Por suerte pude salir y salvar mi captura". Para colmo de males el comisario, al observar la maniobra, quiso eliminar a Sáez porque había traspasado los límites de la zona. Después de un áspero diálogo con Cepeda el juez reconoció que lo hizo para buscar sus peces y no para cazar en un sector prohibido. La controversia le restó 20 minutos de caza. Después de cinco horas y con 26 pescados al hombro Sáez acudió al pesaje. Como había sido el ganador el día anterior su recolección sería evaluada al final. Las 31 piezas válidas de Antonio Silva aportaron dramatismo a la elección del nuevo monarca de las profundidades del mar. El equipo chileno estaba confiado en que el peso de los pescados capturados por Sáez inclinarían la balanza a favor de nuestro compatriota. El ariqueño, nervioso y algo escéptico, no se atrevía celebrar anticipadamente. -Mis compañeros me decían Pato soi el campeón, pero yo les decía que esperaran hasta que dieran el anuncio oficial por micrófono.El pesaje final ubicó a Saéz en la cuarta posición en la segunda jornada. Al ingresar el último registro en la computadora la planilla se ejecutó automáticamente con el nombre del chileno en el primer lugar. En ese momento Antonio Silva se dirige a Sáez y le recita la frase que anhelaba escuchar: "Pato, eres el nuevo campeón del mundo". -No la podía creer, estaba como en las nubes. Cuando vi alzar mi bandera y escuché el himno patrio se me cayeron unos lagrimones. Pocas veces los chilenos nos damos el gusto de ganarle a todo el mundo, y menos salir campeones en Europa. Fue precioso.
Antes del viaje de regreso, el coleccionista Juan Ballester le\npidió el arpón que utilizó en el torneo para el museo de deportes\nnáuticos de España. "Al principio no quería entregárselo pero después\npensé que era la mejor forma para pasar a la historia". Ballester, en\nagradecimiento al gesto desinteresado del campeón, le regaló 200 euros.\nSáez pensó en su familia y lo aceptó sin reparos. Un suculento asado de\nbienvenida ya rondaba en su cabeza. Mal que mal, el hombre había bajado\nseis kilos. A excepción de los directivos de la Federación Chilena de\nDeportes Submarinos ninguna otra autoridad o medio de comunicación\nrecibió al nuevo campeón del mundo en el aeropuerto de Santiago. En\nArica, en cambio, su madre, la señora Hilda Godoy golpeó todas las\npuertas para hacerle un recibimiento como "Dios manda", con orfeón\nmunicipal incluido. A tal punto llegó el entusiasmo que cuando el\nministro Lagos Weber visitó la ciudad, un mes después del triunfo,\nobligó a su hijo a entrevistarse con él. -Anda tú, le dije, pero me agarró de un ala y me subió al auto.\nMi papá me dijo que me bajara, que tuviera orgullo. La gente empezó a\naplaudir y a decir que estaba el campeón del mundo justo cuando viene\nsaliendo el ministro. Como ya le habían contado sobre mi triunfo me\ndijo que el gobierno me iba a dar el mismo trato que las hockistas. Por\nlo menos quedó comprometido", cuenta.\nSi todo sale bien y recibe el dinero prometido, Patricio Sáez\npretende agrandar su vivienda básica, pagarle un tratamiento a su\nseñora para tener más hijos y comprarse un vehículo para trasladarse\ntodos los días al mar. "Estoy aburrido de recibir piochas, galvanos y\nmedallas por compromiso mientras otros se llevan el billete para sus\ncasas. Si fui campeón del mundo con pura garra y corazón, te imaginas\ncon recursos. Chile sería imbatible"\n****************************************************************************",1]
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Antes del viaje de regreso, el coleccionista Juan Ballester le pidió el arpón que utilizó en el torneo para el museo de deportes náuticos de España. "Al principio no quería entregárselo pero después pensé que era la mejor forma para pasar a la historia". Ballester, en agradecimiento al gesto desinteresado del campeón, le regaló 200 euros. Sáez pensó en su familia y lo aceptó sin reparos. Un suculento asado de bienvenida ya rondaba en su cabeza. Mal que mal, el hombre había bajado seis kilos. A excepción de los directivos de la Federación Chilena de Deportes Submarinos ninguna otra autoridad o medio de comunicación recibió al nuevo campeón del mundo en el aeropuerto de Santiago. En Arica, en cambio, su madre, la señora Hilda Godoy golpeó todas las puertas para hacerle un recibimiento como "Dios manda", con orfeón municipal incluido. A tal punto llegó el entusiasmo que cuando el ministro Lagos Weber visitó la ciudad, un mes después del triunfo, obligó a su hijo a entrevistarse con él. -Anda tú, le dije, pero me agarró de un ala y me subió al auto. Mi papá me dijo que me bajara, que tuviera orgullo. La gente empezó a aplaudir y a decir que estaba el campeón del mundo justo cuando viene saliendo el ministro. Como ya le habían contado sobre mi triunfo me dijo que el gobierno me iba a dar el mismo trato que las hockistas. Por lo menos quedó comprometido", cuenta. Si todo sale bien y recibe el dinero prometido, Patricio Sáez pretende agrandar su vivienda básica, pagarle un tratamiento a su señora para tener más hijos y comprarse un vehículo para trasladarse todos los días al mar. "Estoy aburrido de recibir piochas, galvanos y medallas por compromiso mientras otros se llevan el billete para sus casas. Si fui campeón del mundo con pura garra y corazón, te imaginas con recursos. Chile sería imbatible"

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